Descripción
Como ya describimos en nuestro libro sobre los instrumentos musicales gallegos, la iconografía nos muestra cómo desde la Edad Media la gaita se tocaba sola o acompañada de instrumentos femeninos, panderos cuadrados o redondos. Hacia el siglo XVII, según la iconografía gallega, el gaitero se unió al tocador de flauta y tambor, hasta entonces principal acompañamiento de los bailes en ocasiones rituales como, por ejemplo, las danzas gremiales. Poco después, este flautista y tamborilero abandonó la flauta y tocó el tambor con una sola baqueta para acompañar a la gaita, un paso intermedio que también quedó reflejado en la iconografía gallega y portuguesa, y que aún llegó hasta nosotros en algunas danzas de la provincia de León. Debido a la influencia de los tambores militares, en el siglo XVIII este tocador cambió su tambor de madera que colgaba de la muñeca, por un tambor de estilo militar: mucho más grande, con cuerpo de metal, con bordones solo en la piel inferior y colgado del hombro con una correa. Así surgió una pareja de músicos que sólo aparece en el noroeste peninsular y en Escocia: la gaita acompañada del tambor militar. El tambor tradicional gallego ha seguido conservando, incluso hasta nuestros días y en muchas zonas, su morfología original de los tocadores de flauta y tambor, es decir, un tamaño mediano, su construcción en madera, bordones en ocasiones en ambas pieles e incluso su uso colgado de la muñeca como se utilizó en las ciudades de Pontevedra y A Coruña. Sin embargo, en el norte de Portugal y el sur de Galicia, concretamente en la comarca del Baixo Miño, el tambor que formaba parte de los conjuntos más tradicionales, como las Treboadas, era en ocasiones un tambor de clara inspiración militar: muy grande, con el cuerpo de metal, colgado del hombro del tamborilero con una correa y con bordones solo en la piel inferior, un tambor que, además, conservó una característica peculiar de los tambores militares que no se encuentra en los flautistas y tamborileros: la correa de cuerda que permite llevarlo colgado a la espalda cuando no se tocaba. Este conjunto de tambor, correa y baquetas de boj talladas con decoración incisa recupera esta tipología prácticamente extinta.
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